La Ruta a Ciegas,  la Ciudad por Sentir.

Bucaramanga es conocida como la "Ciudad Bonita", pero para quienes viven con discapacidad visual, la belleza urbana se ve interrumpida en cada anden roto, en cada zona podo táctil incompleta y en cada mirada cargada de lástima. Pese a los intentos de avance continuos, una pregunta sigue sin respuesta: ¿puede Bucaramanga convertirse en una ciudad verdaderamente inclusiva? 

​

La Política Pública e inclusión Social 2023-2032 reconoce que muchas personas "no acceden a educación, infraestructura, transporte o espacios públicos por  ​barreras físicas y sociales mientras que el artículo de Protección Especial para Personas con Discapacidad Afirma que las "barreras arquitectónicas  siguen siendo uno de los factores que más vulneran el derecho al libre desplazamiento".

Sin embargo, también existen soluciones que ya están funcionando y deben mantenerse; proyectos educativos, fundaciones activas y experiencias ciudadanas que hoy sostienen, casi solas, los procesos de inclusión. Pero para entender qué tan lejos o qué tan cerca está Bucaramanga de ser realmente accesible, es necesario primero mirar a quiénes conforman esta población y en qué condiciones viven.

​​

Lo que dicen los datos: quiénes son y cómo viven las personas con discapacidad visual 

​​

Uno de los principales problemas es que Bucaramanga no ha priorizado la caracterización a su población, lo que impide planear de manera adecuada la infraestructura de la ciudad.

​

Según El INCI (Instituto Nacional para ciegos) 

-La mayoría de usuarios tiene más de 60 años, de ellos el 81% vive en estratos 1 y 2 

y alrededor del 6% de la población de Santander es diagnosticada con algún tipo de discapacidad visual.​

​​​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

Estos datos permiten entender un panorama fundamental: la accesibilidad debe diseñarse para adultos mayores y población de estrato bajo no para usuarios ideales que en realidad no existen.

​​

Las barreras que frenan la autonomía y nadie repara 

​

​​

Las personas pertenecientes a esta población merecen tener acceso a rutas continuas y libres de riesgo; 

Desde el Instituto Municipal de Cultura y Turismo, Erika Sarmiento, profesional del área de inclusión, lo vive diariamente:

​

​

​

​

​

​

​

"La línea podo táctil solo sirve donde hay estaciones de Metrolínea... en el resto de la ciudad no existe verdadera accesibilidad." 

​

Erika recalca que en muchos casos la ruta podo táctil termina en muros, postes, ventas ambulantes. Para ella, estos errores no son "detalles", sino riesgos que pueden  causar desorientación y gran perdida de autonomía. Su testimonio evidencia que la infraestructura actual no fue construida  pensando en quienes realmente la usan.    

​

​

La referente de discapacidad de la Alcaldía de Bucaramanga Lina Quiménez, nos comenta que las  principales problemáticas que no permiten que se pueda llevar a cabo un plan de infraestructura correcto para realizar los ajustes razonables es no garantizar la seguridad de esta comunidad que es afectada.

Aun así se puede observar los intentos de el ente gubernamental para apoyar a ese 6% que lo requiere, como lo es la reconstrucción del parque Centenario, el Teatro Santander y vías principales del centro de la ciudad.

​Pero detrás de cada plan incompleto y cada ajuste razonable pendiente, hay vidas enteras que siguen intentando reconstruirse en medio de las barreras. Las historias de quienes viven estas dificultades a diario revelan que la accesibilidad no es solo un asunto técnico: es la diferencia entre depender y renacer.

​

Renacer después de la oscuridad, la verdadera cara de la moneda.

​

Neftalí Arroyabe (victima de una mina antipersonal resultado del conflicto armado): ​​

"Ahí se truncan muchos sueños” eso fue lo primero que se le cruzo por la mente hasta llegar al punto de una quiebra financiera que lo haría recapacitar, su familia al principio por protegerlo decidieron aislarlo del mundo pero él por su honor y el amor a los que rodeaban, decidió tomar las riendas de su vida y poner en marcha un plan para pero no caer en la miseria.

Comenzó a asistir a charlas de desarrollo personal que lo impulsaron a entender que todo lo que pasa en el exterior se empieza a crear desde el interior, es así como priorizo la aceptación como el paso principal para lograr todos objetivos.​​

Concluyendo con la enseñanza que la victimización nos deja en la perdición.​​

​

Javier González (Locutor de la plaza San Francisco): ​ ( aquí se encontrará una hermosa crónica)

Ha transformado su discapacidad en liderazgo comunitario; tras llegar solo a Bucaramanga huyendo del conflicto pasando de vender rifas, con solo un megáfono a convertirse en la voz esencial.​

su capacidad para reparar equipos sin ver, su continuo compromiso  con la inclusión lo han convertido en guía y apoyo para toda una comunidad. Desde su cabina Javier impulsa un mensaje claro: "Somos la voz de los que no tienen voz" 

​

Javier y Neftalí revelan que la exclusión no se supera con discursos, sino con acciones que permitan a las personas reconstruir sus vidas.

​

Cuando la inclusión sí existe: las soluciones que funcionan .

​

En medio de los vacíos del Estado, la inclusión ha sido construida por las organizaciones sociales.

Un gran referente de esto, es la fundación para Ciegos Ángel de Luz, dirigida por Auris Patricia Rodríguez, quién tiene una realidad clara:

​

"La inclusión sigue siendo una ilusión. No es solo Bucaramanga: es un problema nacional"

por esto desde su ejercicio como ente social, busca promover la rehabilitación  de la vida diaria además del apoyo familiar y psicosocial para la debida independencia de esta población.

'No es cambiar tu vida, es entender al otro'

Un mensaje contundente que abre paso a dos referentes imprescindibles para entender la realidad urbana.

​​​

Walter y Juan David: Caminar Bucaramanga sin verla, pero sintiéndola

​

​

​​

Walter Fabián Rueda, (Tiflólogo y docente) perdió la vista en su juventud. 

A través de otros ciegos aprendió a desarmar computadores y mas tarde se convirtió en maestro de braille, y movilidad adaptada .

Su mirada técnica es critica:

​

 "Aquí cumplen la norma entre comillas: ponen puntos donde debe ir una línea guía. A veces dejan un poste en la mitad. Así no hay orientación posible.”

​

Juan David Pérez,  ( Deportista de Futbol de la Selección Colombiana para ciegos)

​

"La primera vez que usé bastón me daba pena. Sentía que todo el mundo me miraba con lástima.”

​

Con el tiempo entendió que el bastón no era una marca de debilidad sino una herramienta de libertad. Hoy lo llama “mi puntera”, porque es el punto que toca antes de que su vida choque con algo.

 

Sin embargo, esa herramienta solo sirve cuando la ciudad permite que funcione.

 

“El problema no es el bastón, el problema es el camino. Las líneas guía aquí no llevan a ningún lado.”

Walter explica la diferencia de la señalética:

​

Líneas: Para guiar el camino 

Puntos: Para advertir un cambio o un peligro

Soluciones para la ´Ciudad Bonita´

Una ciudad donde todo está inconcluso y mezclado necesita orden; por ello estas son las soluciones para que Bucaramanga sea una ciudad donde todos seamos escuchados e incluidos.

​

​

​

​

​

​

​

 ​​​​​​​​​

¿Es posible una Bucaramanga inclusiva?

Sí.
 

Solamente si, la ciudad deja de planear para usuarios imaginarios y empieza a construir desde las voces de quienes realmente la transitan.
 

La inclusión no se decreta, se construye.

Y esa construcción empieza escuchando —y entendiendo— a quienes caminan Bucaramanga a oscuras, pero la sienten desde el alma.

​

​

​